De la misma manera como la familia completa se ve afectada por los comportamientos problemáticos de uno de sus miembros, todos se verán beneficiados por los cambios que se dan en la dinámica familiar a partir de estas habilidades que los preparan para entenderse y comunicarse de una forma mucho más efectiva y amorosa.
Desde DBT, tanto el problema como la solución se abordan desde la corresponsabilidad, por esto el acompañamiento no es solo para el individuo, sino que se extiende al ambiente en el que se encuentra inmerso.
Hay múltiples escenarios en los que una familia se ha acostumbrado al encuentro constante con las crisis y las peleas como: la expresión de emociones, los permisos, el cumplimiento de deberes y responsabilidades, la resolución de problemas, el perdón, los desacuerdos, la gestión de emociones difíciles, las promesas, la confianza, entre otros. Estos serán escenarios donde aparezcan la validación y la empatía, la asertividad, la negociación, los pedidos efectivos, la expresión y regulación de emociones difíciles, las herramientas para enfrentar las crisis y para resolver los problemas, así como la aceptación.
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