Si la hora de comer no es el momento de conexión y disfrute que esperabas con tu hijo, sino que se convierte en un campo de batalla por su comportamiento frente a los alimentos, puede estar presentando alimentación altamente selectiva.
1. Sistema sensorial hipersensible
2. Necesidad de control y rigidez cognitiva
Puede ser que tu niño tenga una baja tolerancia a la incertidumbre y que su selectividad con la comida se convierta en una forma de ejercer algún nivel de control.
3. Experiencias negativas previas
Si tu niño tuvo una mala experiencia con un alimento, como atragantamiento, vómito o presión para comer, es posible que evite ese alimento o similares, por miedo a que se repita.
4. Reforzamiento involuntario
A veces, sin darte cuenta, es posible que estés reforzamos la conducta selectiva de tu hijo, por ejemplo, cuando:
5. Desregulación emocional en las comidas
Consulta con un profesional si observas:
Ten en cuenta que la alimentación altamente selectiva no se trata de obstinación ni de malcriadez. Es una forma compleja de respuesta sensorial, emocional y conductual. Abordarla con paciencia, validación y estrategias de regulación emocional puede ayudar a tu hijo a desarrollar una relación más saludable con la comida.
Si sientes que necesitas un acompañamiento personalizado, consulta con los especialistas de DBT Medellín.
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